miércoles, 25 de marzo de 2020

“¿Por qué aumentaron la fruta, verdura y hortalizas tanto en tan pocos días?”

Nota: Página 12
25/3/20
Por Florencia Barragan

 Subas del 30 al 40 por ciento en papa, cebolla, banana, zanahoria, tomates y otros rubros en una semana

 Algunos señalan que se elevó el costo de los fletes por problemas de logística. Otros reconocen abusos ante el aumento de la demanda.

 Las frutas y verduras registraron aumentos que, en general, se ubican entre el 30 y 40 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires en los últimos 15 días.

El relevamiento que realiza la asociación Consumidores Libres verificó subas del 15 al 30 por ciento tan solo en la última semana. Los productos que más subieron de precio fueron banana, cítricos, tomate, papa, cebolla y zanahoria. En algunos rubros en particular, los precios que se exhiben hoy al público duplican o triplican los que estaban vigentes pocas semanas atrás. Distintas fuentes de la cadena de producción argumentan que hubo subas de los costos logísticos de traslado de la mercadería, mientras que otros señalan abusos frente a una alza inusual de la demanda, ya que los incrementos no siempre están justificados.

“Tuvimos denuncias de los consumidores por aumentos en verdulerías y supermercados”, indicó a Página 12 Héctor Polino, titular de Consumidores Libres. Según el relevamiento que realiza la asociación en forma quincenal, entre los precios registrados en el relevamiento al 15 de marzo sobre productos como cebolla, papa y tomate y los que se registraban una semana después, se verificó que se había registrado aumentos del 15 al 30 por ciento.

La Secretaría de Comercio Interior de la Nación estableció un listado de precios máximos para más de 2000 productos. Estas medidas no suelen incluir frutas y verduras dado que pueden tener variaciones por cuestiones estacionales. Sin embargo, en el Gobierno señalaron que están observando la situación y que los incrementos en el Mercado Central no justifican los precios que se observan en los comercios. Pablo Vernengo, director de economías regionales de CAME, aseguró a este diario que los mayores aumentos se dieron en la cebolla, donde se duplicaron o triplicaron los precios. Además, en la papa y la zanahoria, donde se registraron subas de hasta el 40 por ciento.

“En la cebolla, las subas se deben al alza en los costos de los fletes, que llevan mercadería de un punto a otro y vuelven vacíos. En papa y zanahoria la causa es por el aumento de la demanda, lo que llevó a que haya especulación en los distintos eslabones de la producción, ya sean los productores o los comerciantes”, explicó Vernengo.

“Por licencias, hay menor cantidad de camioneros. Pero el mayor problema es que cada provincia quiere sacar un permiso específico de circulación, lo que hace que los traslados sean más burocráticos y complejos”, agregó Vernengo. Desde CAME solicitarán al Ministerio de Agricultura de la Nación que emitan un documento único para todas las provincias.

En la misma línea opinó Mariano Winograd, consultor frutihortícola: “Hay provincias donde los intendentes ponen hasta montañas de tierra para dificultar la circulación. El aumento de la demanda de productos para acopio, como puede ser la papa, combinado con las dificultades en logística, incrementa los precios”. Ante la consulta de qué eslabón sube más los precios, agregó: “No hay alguien que decida el valor. Si el mercado mayorista sube, el productor se entera y lo aumenta al otro día”.

Los comerciantes, a su vez, aseguran que están recibiendo los productos con aumentos de hasta el 50 por ciento con respecto a la compra anterior. Un bolsón de papa, que en el conurbano compraban a 300 pesos la semana pasada, ésta lo tuvieron que pagar a 450. Un bolsón rinde a la venta, seleccionada la papa, unos 18 kilos. La banana también subió de una semana a otra: un bolsón de 20 kilos que se pagaba a mil pesos, esta semana había que pagarlo a 1200.

En tanto, la Federación de Operadores de Mercados Frutihortícolas (Fenaomfra), que representan a más del 50 por ciento de los mercados del país, le envió una carta a la Secretaría de Comercio Interior. Asegura que no puede cumplir con la normativa de retrotraer los precios al 6 de marzo por “una serie de acontecimientos complejos para el normal funcionamiento de los mercados mayoristas”. En parte, porque hay municipios que cerraron mercados o dificultan el traslado de transportistas a las zonas de producción. Además, resaltan que la cuarentena obligatoria, con la que coinciden, complica la “normal resolución de las tareas de cosecha, empaque y transporte por la reorganización de los trabajadores” en el caso de la papa, cebolla, zanahoria y uva. “Estos problemas no justifican algunos de los aumentos que se vieron en centrales mayoristas”, explica la Federación. Por ese motivo, pide que el Gobierno no cierre mercados para no perjudicar el abastecimiento de la población. Y solicita que los controles y sanciones sean por empresa, puestero o productor, y no de manera grupal a un mercado.

En cambio, Marcelo Loyarde, director de la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados, aseguró a este diario que no hay motivos por los cuales deban aumentar los precios, pese a que haya algunos aumentos en los costos de logística y en las dificultades por conseguir camiones.

"Fuerza mayor": mala noticia para el consumidor en días de pandemia

Nota: Clarín
25/7/20
Por Vanesa López @vanelop

Especialistas explican qué pasará con los servicios que no se recibieron y ya se habían pagado.

El gimnasio. Un curso de fotografía. El comedor escolar. El estacionamiento en el microcentro. Y el catering para un cumpleaños.
En días de aislamiento preventivo obligatorio por la pandemia de coronavirus, cabe preguntarse qué va a pasar con los servicios que se pagaron por adelantado y no se recibieron.

 “Esta es una situación inesperada, fortuita, un caso de fuerza mayor. Los servicios no pueden seguir prestándose. Entonces, se interrumpe el contrato”, dice a Clarín Sergio Mohadeb, abogado y director de la iniciativa “Derecho en Zapatillas”, que brinda información a los consumidores.
 Por un lado está lo reprogramable, como un recital o un curso de idiomas. “Si se puede reprogramar y pasar a futuro, y las dos partes están de acuerdo, es el escenario ideal. Porque temporariamente se pospone hasta que esa prestación se pueda cumplir”, dice Mohadeb.

Da como ejemplo el festival Lollapalooza, que se suspendió y se pasó para noviembre. “Si la reprogramación no fuera posible, hay derecho a restitución recíproca de las prestaciones”, sigue el abogado. Si una de las partes, sea el que presta el servicio o la que lo recibe, no pueden cumplir su parte del acuerdo a futuro, lo dado debe reembolsarse. “Ahí hay que ver el nivel de reembolso: si es todo, si es una parte. Está discutido”, continúa.
Da el ejemplo de un servicio de comidas. “Si la empresa de catering ya tuvo gastos, si compró cosas para ese evento, ¿te va a devolver todo? Ahí hay que negociar, de buena fe, las condiciones de devolución”, explica Mohadeb.

 “Este es un caso imprevisto”, comparte el abogado Héctor Polino, titular de la asociación Consumidores Libres. “El Gobierno tendría que sacar una resolución donde establezca, para ciertos casos, una compensación”, agrega.
 Polino se detiene en la Ley 24.240 de Defensa del Consumidor. En su artículo 10 bis, refiere al “Incumplimiento de la obligación” por parte de los proveedores. La normativa dice que, en esos casos, el consumidor puede exigir el cumplimiento, aceptar otro servicio equivalente o rescindir el contrato. El problema es que nada de esto rige para la cuarentena, porque la ley aclara que esto es válido “salvo caso fortuito o fuerza mayor”.

“Como acá el incumplimiento es por un caso de fuerza mayor, el proveedor del servicio no está obligado a todo esto. Entonces, tendría que salir una resolución estableciendo de qué manera se va a compensar al usuario por la parte del servicio no prestado”, señala Polino.
 Esa resolución “tendría que estar fundada en el principio del enriquecimiento sin causa”, detalla Polino. Esto significa que “uno se enriquece incorporando a su patrimonio una determinada cantidad de dinero sin que haya prestado el servicio”.

 Consultados por Clarín, voceros de Defensa al Consumidor del Gobierno porteño sostuvieron: “Estamos frente a una situación de excepción” La consideran, entonces, una circunstancia de fuerza mayor, imprevisible y ajena al consumidor y al proveedor del servicio. ■
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